ESPINOSA
El peor incendio de los últimos años deja su huella en Australia, como una negra mancha de alquitrán y nicotina en el pulmón de un fumador. Un simple ejemplo de los cientos o miles de incendios que arrasan los bosques. Un daño que tarda años en subsanar, y que en demasiadas ocasiones es provocado por nosotros los humanos. A saber por un despiste, por accidente, o a merced de un trastorno, bien fruto de la muerte de un pirómano, bien por un afán de lucro desmedido y sin escrúpulos. Juan Alejandro Lario Soto