Vinculada al mundo del arte desde diversos prismas, desde su estudio, como historiadora del arte, desde su conservación, como restauradora de bienes culturales en las especialidades de pintura y documento gráfico y como creadora, explorando caminos relacionados con la pintura, el dibujo y la ilustración. En mis piezas se aprecia un universo onírico, elegante, fantasioso y lleno de reminiscencias historicistas, vinculadas a la naturaleza y al mundo animal. Con gusto por lo añejo, por la pátina y la decadencia. En mis obra lo que más abunda es el retrato, pero un retrato reformulado, en el que se entremezclan medios digitales con técnicas clásicas, como el óleo. En mis rostros, ya sean humanos, animales o híbridos, se esconde una historia, un fragmento ilustrativo y esteta. Me gusta explorar la forma femenina, consciente de que casi siempre la imagen que nos ha llegado tiene un canon muy marcado, y una norma que sigue la línea politicosocial establecida hasta el momento. Mi enfoque es más directo, mis personajes no esconden sus pulsiones, sus frustraciones ni sus ilusiones. El contacto visual, tanto con mis pinturas como con mis ilustraciones, genera cierta intimidad con el espectador, nos invita a preguntarnos y a explorar. Se intenta aportar un enfoque narrativo e introspectivo, siempre vinculado a la belleza y al los detalles cuidados. El tema animal en mis piezas viene de siempre, se debe a una profunda devoción, y a la certeza de su bondad, de su conciencia. Comparten con nosotros el misterio de la vida, pero nuestra relación con ellos es compleja y ambigua. Tanto en mis pinturas como en algunas de las ilustraciones tiendo a aislar al animal de su contexto, buscando una conexión directa con ellos y así retratarlos en esencia, generando escenas fantásticas e idílicas en muchas ocasiones. ¿Qué me conmueve? La belleza, la honestidad en el arte y la delicadeza. Me fascina el mundo calcográfico del Renacimiento, los primitivos flamencos, la pintura victoriana y los prerafaelitas, la dureza alemana del die brücke, personajes como Kirchner o Jawlensky, el preciosismo de Alma Tatema, la melancolía de Tetsuya Ishida.