Miguel Shceroff (1988, Navas de Tolosa, Jaén). Todos estamos destinados a morir, tanto humanos como animales. Vivimos unidos tan íntimamente a nuestro cuerpo, que lo consideramos como fijo y seguro, la continuidad de nosotros mismos, algo que nos asegura nuestra individualidad. Pero el cuerpo se descompone, avanza hacia su desvanecimiento. El organismo tiene obsolescencia incorporada. Miguel Scheroff muestra la materia orgánica sin distinguir entre especies, pretende que nos cuestionemos nuestro papel en la sociedad y que entendamos que todos tenemos el mismo final. Su predilección por artistas como Freud, Soutine o Bacon, sin perder reminiscencias de clásicos como Rembrandt o Rubens se hace patente en sus obras. Capta un momento de ser o estados de los seres, pero siempre unido a una narrativa pictórica. Crea un diálogo con el tiempo y la muerte. Su arte es crudo y visceral a todos los niveles.
Con tan solo 21 años comenzó a exponer de manera profesional, con una carrera paralela a la de Felipe Alonso en cuanto a conseguir grandes logros desde temprana edad. Su obra puede verse en el Museo Europeo de Arte Moderno de Barcelona y ha formado parte de ferias internacionales como Art Beijing (Beijing, China) Setup Art Fair (Bologna, Italia), Kölner Liste (Cologne, Alemania) o Art Basel (Basel, Suiza). El periodista Javier Díaz Guardiola, coordinador de la sección de Arte y Arquitectura del periódico ABC define su obra como “la pintura como campo de batalla. El lienzo como palestra desde la que mostrar lo peor y lo mejor del ser humano.”